Rayito de sol, lucesita de luna;
papito y yo te amamos como a ninguna;
manantial puro de destellos cristalinos,
fruto del amor que a nuestra vidas vino,
a refrescarnos con el sabor dulce de sonrisa,
a alegrarnos con tu presencia divina.
Una gran Mujer.
Bienvenidos. Sientanse acogidos y bien venidos a nuestro nacimiento, el mío como ser humano y el suyo querido lector como familia esta niña, bendición de Dios.
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